Estimado Sr. Director,
Es un placer saludarle. En el último número de DEBATE donde aparece el artículo del ilustrado y versado Marco Aurelio Denegri titulado "¿Cuál es la verdadera esencia del hombre? El asesino desorganizado" -tema muy controversial, por cierto- se hacen algunas afirmaciones ciertas científicamente pero también se hacen valoraciones peligrosa y tendenciosamente generalizantes haciendo uso de frases de algunos afamados científicos, literatos y políticos.
Se afirma que nuestra especie:
-"no sabe convivir y que mata a sus congéneres cada 20 segundos". El que halla asesinatos, guerras y divorcios es prueba de la facilidad con que nuestra especie cae en tales prácticas pero no prueba que todos los seres humanos sean asesinos. Lo que prueba es nuestra capacidad para el egoismo, mal y la destrucción. Pero tambien nuestra especie es capaz de la solidaridad, el bien y la construcción. Y éstas no son meras afirmaciones de valor poéticas o literarias. En las obras del psiquiatra Víctor Frankl se revela la nobleza y la bajeza de los presos de los campos de concentración -no sólo de sus abusivos captores-. Si nuestra especie estuviera programada para aniquilar al prójimo hace miles de años que se hubiera extinguido.
-la especie humana se empeña "peligrosamente en una creciente destrucción ecológica". Es cierto que doquiera donde han llegado los grupos humanos estos han transformado su hábitat pero no todos han destruído o expoliado los ricos recursos naturales o han exterminado por gusto a diferentes especies vegetales o animales -como el tilacino o perro marsupial austrraliano-. Para muestra un botón: si bien son más los cultores y asistentes a las corridas de toros existen también en nuestro medio gente contraria a ellas, activistas o no.
-Si bien es cierto que nuestra especie puede matar por mero placer, por gusto, también es cierto que tenemos una capacidad propia, la capacidad de aprender los elementos culturales de la sociedad en la que nos desarrollamos. Esto es como especie biológica transmitimos nuestros genes a nuestros descendientes pero también memes -o unidades culturales según el sociobiólogo Richard Dawkins-. Es decir debido a que no sólo estamos programados genéticamente para tener ciertas tendencias comportamentales en determinadas circunstancias -como ya postuló el también etólogo Eibl-Eibesfeldt en "El hombre preprogramado" (1973)- sino que es importante también el factor cultural. De lo contrario aún seguiríamos en las cavernas (Claro que la posibilidad desde hace décadas de una confrontación mundial atómica ha llevado a la posibilidad real de la aniquilación de nuestra especie).
-Ciertamente algunos animales como los simios, caninos y cetáceos así como aves pueden aprender a usar instrumentos e incluso a mostrar compasión y simpatía pero los seres humanos son los únicos que tienen cultura -religión, ciencia, arte, etc.-. También es cierto que nuestras capacidades instintivas o pasionales son más fuertes o débiles en determinadas etapas de la vida y que en determinadas circunstancias podemos ser presas de ellas.
El Sr. Denegri ve de forma unilateral a nuestra especie, como los representantes más conspicuos de la agresividad innata humana -escritores como Morris o Ardrey y los afamados etólogos, o estudiosos del fundamento biológico de la conducta animal, como Lorenz o Tinbergen-. Olvida los hallazgos de la antropología y la ciencia social en general. No menciona para nada el libro La naturaleza de la agresividad humana (1978) del antropólogo Ashley Montagu -defensor de la postura socio-culturalista- ni el clásico Anatomía de la destructividad humana (1973) del psicólogo social Erich Fromm -que afirma que somos diferentes en carácter individual aunque semejantes en carácter social- y desconoce Building Character and Culture (1999) de la educadora y socióloga Pat Duffy Hutcheon -donde se demuestra científicamente como la violencia televisiva influencia negativamente en la conducta de niñez y la juventud-.
Entonces sí somos una especie biológica de la cual heredamos ciertos genes -muchos de ellos compartidos con otros primates- pero también socio-cultural capaz de transformarse ella misma en su comportamiento. Así que son necesarias ciertas condiciones materiales y básicas educativas para que desarrollemos nuestras capacidades humanas positivas y así no caer en la (auto)destructividad y desperdiciar nuestra vida o la de los demás -ésta es la importantísima omisión del artículo que estamos comentando-. Pero en gran parte del mundo las tendencias generales llevan a que no se están implementando esas condiciones debido a determinadas circunstancias históricas y sociales así como a los grandes intereses corporativos. De ese modo las masas en el mundo desarrollado y en el subdesarrollado tienden al fanatismo -deportivo, nacionalista, racial religioso, etc.- y al oscurantismo -la fácil tendencia a creer en lo paranormal, lo mágico y lo supersticioso-.
Como pionero de la divulgación de la sexología en el Perú M.A. Denegri sabe muy bien que como seres biólogicos tenemos la capacidad a reproducirnos sexualmente pero como seres sociales podemos "tener sexo" sin descendencia y practicarlo de una y mil maneras.
Atte.,
Director, CIPSI-PERU
(Revista Debate, dic., 2002, sección cartas).
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